Si pensabas que mientras duermes, el cuerpo no trabaja estás equivocado, ya que durante ese tiempo en el que descansamos, nuestro organismo se prepara y realiza las funciones necesarias para poder lograr todos aquellos retos a los que nos enfrentaremos el día siguiente, de ahí la importancia de que el descanso sea suficiente y adecuado.
Por ejemplo, durante el sueño, liberamos las hormonas que harán que nos sintamos bien al despertar, fortalecemos nuestro sistema inmunitario y nuestro metabolismo, se refuerzan la memoria y los conocimientos adquiridos, las articulaciones y músculos se relajan y se regeneran, al igual que nuestro corazón ya que, mientras dormimos, desciende la presión arterial y, con ello, mejora el sistema circulatorio.